Bahía de Cádiz

El Parque Natural Bahía de Cádiz ha sido un gran desconocido. Solo muy recientemente, con la apertura al público de una serie de itinerarios, los ciudadanos han comenzado a conocer y valorar el patrimonio ecológico, paisajístico y etnológico de este espacio natural protegido.
En un entorno fuertemente humanizado y urbanizado sorprende que se hayan conservado miles de hectáreas de marismas, pinares, retamares, dunas y playas vírgenes.
La Bahía de Cádiz es una zona de excepcional valor para las aves migratorias, lo que motivó su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves al amparo de la Directiva sobre Aves de la Unión Europea siendo incluida recientemente como Humedal de Importancia Internacional de acuerdo con el convenio de Ramsar, por el que se protegen las zonas húmedas de mayor interés a escala mundial.
Este reconocimiento viene justificado por la presencia de más de 60.000 aves durante la invernada y más de 6.000 en reproducción con especies emblemáticas en conservación como la espátula, la avoceta o el charrancito.
La alta productividad de los ecosistemas marismeños se constata también por la presencia de medio centenar de especies de peces que utilizan los caños y esteros para alimentarse o reproducirse, así como por la abundancia y variedad de invertebrados.
Las especiales condiciones de salinidad e inundación de las marismas y salinas de la Bahía de Cádiz, unido a la presencia de pinares y arenales costeros, han motivado la presencia de una flora característica adaptada a dichas circunstancias destacando la vegetación existente en las marismas de Los Toruños, en el pinar de La Algaida y en la Punta del Boquerón.
La presencia humana no pasa desapercibida en este espacio ya que, junto a la proliferación de restos arqueológicos, destaca la presencia de edificaciones vinculadas tanto a la función defensiva que ha tenido la zona (baluartes, baterías, fortificaciones...) como al aprovechamiento de sus recursos naturales (molinos mareales, instalaciones salineras...) Se van a cumplir 15 años desde la declaración de la Bahía de Cádiz como Parque Natural.
Ecologistas en Acción, que fue la entidad que elaboró el proyecto y promovió la declaración de este Parque Natural, ha organizado este Curso que aborda sus principales valores ecológicos, su normativa y gestión, sus recursos naturales y las amenazas que tiene este espacio protegido.
Por medio de ponencias de especialistas y excursiones, esperamos aumentar la información y la sensibilización sobre este Parque Natural que tenemos a las puertas de nuestras casas.
El Parque Natural de la Bahía de Cádiz, situado en el sudoeste de la Península Ibérica, ocupa una extensión de unas diez mil hectáreas de los términos municipales de las ciudades Cádiz, San Fernando, Chiclana, Puerto Real y Puerto de Santa Maria. En su interior se asienta una población de casi 350.000 habitantes.
Lo surcan grandes vías de comunicación: la autopista A4, en el término de Puerto Real, la Nacional IV, en los términos del Puerto de Santa María, Puerto Real, Cádiz y San Fernando y la Nacional 340 en el término de Chiclana la vía férrea en Puerto Real y Puerro de Santa Maria.
Si a esto añadimos las servidumbres militares y las grandes líneas eléctricas que lo atraviesan, podemos hacernos una idea de la enorme presión a la que está sometido este espacio natural.
En su interior dos territorios, a modo de islas, quedan excluidos del Parque; son el casco urbano de San Fernando y el Polígono industrial de Tres Caminos. Básicamente está compuesto por las marismas, transformadas en salinas, del río Guadalete.
Hoy día la mayoría de ellas dedicadas a la acuicultura. Testimonialmente aún quedan algunas pequeñas salinas en producción; dos en San Fernando, una en Chiclana, tres en Puerto Real, y una gran salina industrial en el Puerto de Santa Maria. El Parque Natural de la Bahía de Cádiz es un sistema marismeño extremadamente lábil.
Desde tiempo inmemorial la mano del hombre ha intervenido para modelarlo, mantenerlo y hacerlo productivo. En este sistema el hombre ha dedicado su esfuerzo para hacer llegar el agua de manera progresiva hasta zonas poco profundas, donde pueda tener lugar la evaporación y cristalización salina.
De las salinas se tienen noticias fehacientes desde la época romana, posteriormente, siglos XVIII, XIX, y hasta principios del XX, la actividad salinera conoció un auge inusitado. Esta actividad es la que modela morfológicamente el Parque y la que permite una sin igual riqueza avícola e ictícola.

Este ecosistema es enormemente rico en nutrientes, acogedor y supone un medio ideal para el alevinaje de muchas especies de peces.
Asimismo, la descubierta intermareal es fundamental para el mantenimiento de la población de limícolas. Parte de la rentabilidad de la actividad salinera revertía directamente en el propio ecosistema propiciando su mantenimiento año tras año.

Pero la producción salina decae a partir de los años cuarenta, y desde entonces se produce un deterioro prácticamente imparable en este débil ecosistema. El abandono de muchas fincas salineras hace inevitable que el mar penetre por los muros, aquí conocidos como “vueltas de fuera”, y ello acarrea indefectiblemente el relleno paulatino de las zonas menos profundas por depósitos de limo y salitre, convirtiendo una zona rica y productiva en un auténtico erial, no sólo improductivo sino baldío e inane.

A partir de los años ochenta la acuicultura viene a restablecer la lámina de agua perdida, y como por ensalmo aparecen nuevamente una población de aves, algunas de las cuales desconocidas hasta entonces en la zona como el águila pescadora (Pandion halíactus).

Las ictiófagas se multiplican; garzas reales (Ardea cinerea), garcetas (Egretta garzetta), Cormoranes (Phalacrocorax carbo), gaviotas patiamarilla (larus cachinnans), cuya explosión, hoy por hoy, puede considerarse un verdadero problema por su incidencia negativa sobre la puesta de otras especies limícolas.

Siguen abundando las limícolas como la cigüeñuela (Himantopus himantopus), archibebes (Tringa totanus), avocetas o dominicos (Recurvirostra avosetta), y esos magníficos bandos de flamencos (Phoenicopterus ruber), que en invierno y primavera se alimentan en esta zona.

Así pues la actividad económica que mantiene y modela el paisaje, invirtiendo en mantenimiento parte de los beneficios, es crucial para mantener la riqueza ecológica de este Parque Natural.

En la actualidad se está procediendo a establecer lo que en un futuro próximo serán los itinerarios para recorrer, si no el parque entero, los lugares de mayor interés paisajístico, de nidificación de aves, cultivo de peces o zonas con relevancia histórica.

Siendo el parque natural de la Bahía de Cádiz un parque joven, creado hace menos de diez años, sobre una superficie de unas 10.000 hectáreas de terreno marismeño, de difícil acceso, con multitud de intereses y una presión humana cercana al medio millón de personas, no es nada fácil poner en orden sus muchas deficiencias sobre todo en materia de infraestructura que son casi todas.

El área marismeña que configura prácticamente todo el parque natural está surcada por multitud de caños y canalizos que hacen casi imposible el recorrido a píe en cualquier dirección dentro del entramado de marisma.

Es por eso, por lo que las personas que deseen visitar el parque deberán hacerlo por senderos específicos diseñados para tal fin.

Ésta dificultad de recorrer el parque viene dada principalmente y entre otras muchas cosas, por su particularidad mas específica, el agua. Los caños y canalizos que serpentean por el parque están sometidos al influjo de las mareas y por lo tanto, en bajamar se convienen en fangales, algunos con agua y otros sin ella, que da su principal característica al parque natural de la Gahía de Cádiz.

El agua es vida y es aquí, en un parque eminentemente acuático donde podremos comprobarlo con solo pasear por sus múltiples vueltas de afuera.

Para captar su belleza paisajística, histórica, observar su fauna o flora o cualquiera otra característica podremos realizar muchísimas excursiones, por mar, a pie, por carretera...

Las excursiones para conocer el parque por mar son las más recomendadas y se recorren por los caños y canalizos que serpentean por todo el entramado marismeño.

Se deberán usar embarcaciones de poco calado y con capacidad para 5 o 6 personas. y los puntos de salida de embarcaciones estarían situados en lugares con facilidad de acceso por carretera.

Como por ejemplo se puede empezar en el Puerto de Santa María en las inmediaciones de la Venta El Maca para navegar por el caño del río San Pedro hacia la cabecera o hacia la península de los Toraños y el Pinar de la Algaida. o en Puerto Real que se ubicaría en el muelle pesquero para navegar por aguas de la bahía, caño del Trocadero y saco interior. O desde San Fernando se ubicaría en el Puente de Zuazo (pantalán de la Magdalena) para recorrer la arteria principal del parque, el caño de Sancti-Petri y sus correspondientes caños secundarios: Carrascón, Zurraque, etc…

También se puede comenzar desde Chiclana en el Puerto de Sancti-Petri para navegar por el Castillo, playas de la Punta del Boquerón, etc, o por los caños y canalizos próximos al Coto de la Isleta lugar de privilegio y bellísimo y declarado zona de especial protección. Sin olvidarnos de Cádiz comenzaríamos en Puerto América para navegar hacia el E. hacia Los Toruños o hacía el S.O al saco interior de la bahía.

Para conocer el parque a pie, tendremos que ir por los senderos que en la actualidad se están habilitando o por los antiguos muros de salinas, conocidos como vueltas afuera o “vueltafuera”. En la actualidad se puede recorrer todo el parque salvo aquellas fincas salineras de propiedad privada en las que habrá que solicitar permiso si se accede con vehículo.

Para la vueltafuera y de forma peatonal, normalmente no se solicita al considerarlas como zona de servidumbre de Costas y los más recomendados son: En Puerto Real: El caño del San Pedro, Salina del Ratón, Saco interior de la bahía, Salina de Victoria del Trocadero y Pinar de La Algaida. En Puerto de Santa María: Península de Los Toruños, Caño del San Pedro , Salina de La Japa, marismas del Guadalete.

En San Fernando: El caño de Sancti-Petri, Carrascón, Río Arillo, Casería, playa de Camposoto, punta del boquerón y saco interior de la bahía por Bahia Sur. En Chiclana: El caño de Sancti-Petri, Coto de la Isleta, caño Pan de mis hijos, caño del Molino, caño de la Carrajolilla y marismas del Iro. y en Cádiz: Saco interior de la bahía, marismas del río Arillo.

Para admirar el paisaje se pueden recorrer los lugares mas bellos del parque natural. Entre otros muchos destacamos los más significativos,que tendremos que ir preferentemente por mar.


, pero igualmente también por tierra se puede acceder o acercarse. Hay que visitar como puntos de varadas, anclaje o de forma peatonal Los Piahnares del Coto de la Isleta (Chiclana), el castillo de Sancti-Petri (Desembocadura del caño), la Punta del Boquerón (Playa de CamposotoI, las Marismas del Río San Pedro (Puerto de Santa María) y el saco interior de la Báhía ( La Carraca).

Para observar las aves desde cualquier punto del parque podremos disfrutar ya que existen lugares específicos de importancia para el vuelo, la nidificación etc.


A titulo de ejemplo propondremos las marismas del Río Arillo, las de Los Toruños, las de Sancti-Petri y el Saco interior de la Bahía. En cualquiera de estos lugares con un poco de paciencia y suerte avistaremos las siguientes aves: Flamenco rosa, Garza Real, Cigüeña común, Cormorán, Garceta común, Cigüeñuela, Ostrero, Chorlitejos (grande, chico y patinegro), Avoceta, Correlimos (común y tridáctilo), Archibebe, Zarapito Real, Gaviotas (reidora, patiamarilla, picofina,etc), Charrán, Charrancito y otras menos frecuentes.



Se pueden realizar además muchas excursiones por lugares con edificaciones, fortificaciones y vías de comunicación marítima o terrestre.
Por el norte se puede situar uno en el Pantalán de la Magdalena, para embarcar y recorrer por la principal arteria del parque “el caño de Sancti-Petri”, los lugares con alguna connotación histórica.


Desde el pantalán y una vez a bordo, navegaremos rumbo noreste hacia el magnífico Puente de Zuazo, prestando atención a los arcos u ojillos más pequeños que no han sido alterados en su configuración y conservan aún su talla originaria.

Desde aquí, podemos bordear por el caño o por tierra las fortificaciones que protegían el puente y que fueron levantadas durante la guerra de la Independencia. A derecha e izquierda de la carretera de entrada a la ciudad, camino de Cádiz nos encontramos estas fortificaciones.
Embarcaremos y pondremos rumbo nordeste para llegar al muelle de la Carraca y observar el asentamiento militar desde el caño (con permiso podremos visitarlo a pie).

Nuevamente navegaremos rumbo norte para entrar en el caño 18 y ver el magnífico puente Ureña que atravesaba el caño del mismo nombre y que hoy esta cortado por una carretera militar. Desde aquí enfilaremos de nuevo a través del puente de hierro, el caño de Sancti-Petri y llegaremos al pantalán de la Magdalena.


Por el Sur, el inicio se puede situar en el Muelle de Gallineras para embarcar y recorrer por la principal artería del parque, los lugares con alguna connotación histórica.


Desde el muelle y una vez a bordo, navegaremos sursudoeste por el caño hasta llegar al pie de la Batería de Urrutia, situada casi en la desembocadura del mismo en el Atlántico.

Desde allí nos dirigiremos hacia el Castillo de Sancti-Petri que ya se divisa desde este punto.


Para comer, lo que seguro que teneis que elegir entre todo, al menos algún día es el pescado y para ello podeis acercaros al Muelle de Gallineras en San Fernando y almorzamos en uno de sus múltiples restaurantes entre los que destacaremos: Casa Pepe, La Titi, José “El 15″, La Fuente y Las Marismas entre otros.


Platos a degustar, hay a miles y es de destacar el frito gaditano; plato compuesto por frituras de pescados variados (lenguados, chocos, mojarras, cazón, herreras, doradas, urtas, brecas, róbalos, bailas, etc.

También podemos degustar un buen pescado a la plancha o una dorada a la sal, independientemente de unas almejas o gambas u otro marisco de entrante.


Al que le encante el marisco, regado con un buen vino de la tierra, en este Parque Natural se podrá chupar los dedos chupando patas por los cuatro costados y degustar la manzanilla como aperitivo en cualquier taberna o chiringuito que se deje.... se llega desde, desde cualquier punto de cualquier otro itinerario, por mar o por carretera.

Por mar, por la desembocadura del río Guadalete, después de atravesar la Bahía en el vaporcito del Puerto, desde el muelle de Cádiz hasta el muelle del Vapor en la ciudad del Puerto de Santa María.


Desde aquí, acudiremos a la Ribera del Marisco degustando en cualquiera de sus establecimientos gambas de distintas calidades y tamaños, langostinos de Sanlúcar o de piscifactoría, centollos, bocas, nécoras, cañaíllas, percebes, etc.


Una excursión que le gusta mucho al estómago es la "del potaje", para ello podemos llegar a éste, desde cualquier otro. Si es por mar, desembarcando en el pantalán de la Magdalena y sí es por carretera en coche o autobús.

Llegaremos a la Venta de Vargas, lugar de encuentro de flamencos y poetas, eruditos y gastrónomos, donde degustaremos unos magníficos guisos de cocina tradicional.

Es de destacar: la Berza, Judías Blancas, Garbanzos con Bacalao, Acelgas con Garbanzos, Patatas con Carne, etc.

Otra excursión es la del "pescador", para ello, deberemos ir por carretera, hasta las proximidades del Barrio Jarana en Puerto Real, donde están las instalaciones de un coto de pesca llamado Lago Largo.

Una vez allí, procederemos a contratar los servicios de útiles para pescar las doradas que luego podremos degustar en el bar habilitado para este fin.

“Usted se la pesca y usted se la come”, sería el lema.

Se pueden observar enclaves de pino piñonero y un pequeño bosque de unas 6 Ha en Sancti Petri.Fauna: Gran cantidad de aves acuáticas como somormujos, cormoranes, gaviotas y alcatraces. Anidan cigüeñuelas, garzas y avocetas.

También el flamenco y el águila pescadora. Son abundantes los verdigones, camarones y cangrejos, lenguados y lubinas.

Como cultura destacaremos los Restos fenicios y romanos. Restos de fortificaciones y edificaciones militares. Restos de uno de los ferrocarriles más antiguos de España.

Se puede acceder fácilmente al antiguo puerto situado en el Caño del Trocadero, en Puerto Real. Numerosos galeones hundidos frente a las costas. ... y no se puede dejar de ver el castillo de Sancti-Petri.

El paraíso turístico de delfines y tiburones Delfines, ballenas, orcas y cachalotes cruzan cada año el Estrecho en sus rutas migratorias. El enclave constituye un excelente reclamo turístico que cuenta con visitantes como Manuel Chaves, Javier Arenas o Teófila Martínez .

La Bahía de Cádiz es una zona del sur de España privilegiada por muchas razones. No sólo es idónea para practicar windsurf o veranear, sino también para estudiar la vida marina.

Salir al mar desde Tarifa, Algeciras o La Linea para identificar cetáceos se ha convertido en una actividad educativa y reclamo turístico de primer orden.

En este enclave, calificado como Parque Natural, se suele divisar a lo largo del año varias especies de delfines junto con ballenas piloto, orcas y cachalotes que cruzan el Estrecho en sus rutas migratorias entre el Atlántico y el Mediterráneo.

En 2003, más de 35.000 personas disfrutaron viendo cómo estos animales jugaban con las proas de los barcos, mientras la tripulación ayudaba a los pasajeros a interpretar su comportamiento. Lourdes Isasa, presidenta de Whale Watch España, una de las compañías dedicada a la protección de cetáceos en la Península Ibérica, destacó la ordenanza sobre ecoturismo en Andalucía redactada por las Consejerías de Turismo y Medio Ambiente, que incluye el avistamiento de cetáceos, y que próximamente será aprobada por el Gobierno andaluz.

En Galicia, el presidente de la Junta, Manuel Fraga, retiró el proyecto del Ministerio de Medio Ambiente que establecía medidas de protección de los cetáceos porque paralizaba la actividad industrial en las Rías Bajas.

Medio Ambiente aún no ha convertido en decreto ley el borrador que elaboró en 1999. La costa gaditana tiene unas características ecológicas y mediambientales que la convierten en un paraíso para un sin fin de especies animales y vegetales.

Isasi señaló que las empresas que operan en el Campo de Gibraltar están ofreciendo el mejor espectáculo de la naturaleza europea, con las mayores medidas de seguridad y el respeto más cuidadoso hacia los animales.

Ilustres visitantes y enamorados de la zona son el presidente andaluz, Manuel Chaves, el presidente regional del PP y ex ministro de Adminitraciones Públicas en el Gobierno anterior del PP, Javier Arenas, o la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martinez, entre otros.

Junto a los cetáceos comparte protagonismo la Isla de Perejil, el trozo de roca que defendió nuestro Ejercito frente a Marruecos, y que generó un importante conflicto diplomático entre ambos paises. Desde las embarcaciones que cruzan el Estrecho, los tripulantes recuerdan a los excursionistas este episodio, al tiempo que piden su colaboración, «cuatro ojos ven más que dos», para identificar a los animales que aparecen y desaparecen bajo las aguas, a veces revueltas por el temporal y que producen a algunos turistas ligeros mareos.

Pese a estos inevitables dolores de cabeza que ocasiona el vértigo, la experiencia de contemplar ballenas, delfines, tiburones, aves, tortugas y focas desde la proa o la popa de un barco, es un espectáculo inolvidable. Y hoy lo es aún más tras la marcha del submarino nuclear Tireless, que ha estado anclado cinco dias en Gibraltar.

Te esperamos, ...nosotros seguro que prepararemos una escapada entre todos los hermanos Jimenez en este año 2007 para captar esta maravilla y traernos el recuerdo de su marisma, la brisa del estrecho y el sabor de su cocina.

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